El día de Navidad de 1930, Diario de Castellón publica la reseña del pleno municipal de la capital, en el que se da cuenta «del arreglo de la calle Colón frente a la fachada principal de la Arciprestal de Santa María». Los concejales acuerdan «proseguir la reforma iniciada» y se autoriza al alcalde Manuel Breva Perales a gestionar la adquisición de «las casas contiguas al edificio de la Caja de Ahorros». Asimismo, se estudia la posibilidad de «retirar la fachada de la iglesia para ensanchar la parte estrecha» de la misma calle.
Seis años más tarde, al inicio de la Guerra Civil, el consistorio decidirá la demolición del templo, que comenzará precisamente por la parte recayente a Colón.

