Ciclistas agresivos, carros que arrastran la mercancía… ¿y la guardia municipal? (14.11.1925)

A mediados de noviembre de 1925, Heraldo de Castellón se lamenta porque al parecer, después de algún periodo de relativa paz, «vuelven los ciclistas a hacer de las suyas, llevando a todo correr sus máquinas por el centro de la capital y cuanto más concurridas mejor». Denuncia el periódico los atropellos de «confiados transeúntes» que en caso de protestar, «no solamente se les chilla sino que incluso llegan hasta la agresión». A renglón seguido, el diario protesta también contra los conductores de carros de hierro y madera que circulan por las calles céntricas «arrastrando la pesada mercancía por el suelo, lo mismo si es de asfalto que de adoquines, blindado o de fango miserable». La conclusión: «o no hay guardia municipal o si la hay no se ve jamás donde es más necesaria su presencia». Y el augurio final: es «lo mismo que sucedía ayer y lo que seguramente sucederá mañana».

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