Un Víctor Manuel con semblante muy serio se asoma a las páginas de Mediterráneo el primer domingo de septiembre de 1975. Posa para la cámara de Heredio Iserte junto a Francisco Rubén Ávila, quien le entrevista en el hotel Mindoro momentos antes de salir hacia l’Alcora, donde va a cantar en lo que será su segunda actuación en la provincia de Castellón. Desde el principio al final, la conversación rezuma tensión y ello se refleja en un titular muy llamativo que el lector no encuentra en el texto de la entrevista. Presentado como «un cantante polémico», el asturiano responde entre otras cosas que la canción protesta «no existe» y que su equipo está compuesto en ese momento por otros siete profesionales.