A mediados de agosto de 1925, Diario de Castellón se hace eco del encarecimiento de la matrícula que el Ayuntamiento de la capital de la Plana sobra a los propietarios de bicicletas por la matrícula de sus vehículos. En un momento en que el propio periódico tiene un precio de 10 céntimos diarios y la suscripción mensual cuesta dos pesetas, el diario compara las 15 pesetas del arbitrio de Castellón con las 5 establecidas por el consistorio de Burriana y también cita al Ayuntamiento de Bilbao, que presupuesta su aportación «para una sola carrera» en 1.500 pesetas, preguntándose con ironía cuánto ha consignado el municipio de Castellón a carreras ciclistas en los últimos cinco años.