Encuesta sobre qué debe hacer el Ayuntamiento con un préstamo millonario (02.08.1930)

Entre finales de julio y comienzos de agosto de 1930, Heraldo de Castellón lanza una consulta popular entre sus lectores para conocer la opinión de los ciudadanos sobre la posibilidad de que el Ayuntamiento de la capital solicite un «empréstito» por seis millones de pesetas y sobre las prioridades que deben atenderse, caso de llegarse a pedir el préstamo, de acuerdo con unas condiciones ofrecidas por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Castellón. De este modo pasa a la calle el debate municipal del consistorio presidido por el alcalde Manuel Breva Perales:

El 21 de julio, el consistorio debate el asunto con una coincidencia general en que lo que se vaya a hacer debe contar con el beneplácito del pueblo:

(Doble clic para leer con nitidez)
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En los días siguientes, el diario va publicando las diferentes respuestas del público, divergentes entre sí y con múltiples ideas sobre qué hacer con el presupuesto extraordinario del empréstito, que finalmente será solicitado. El 29 de julio, hay hasta quien pide que se duplique el importe del préstamo:

El 4 de agosto, B. Pascual se muestra escéptico porque considera que si se hubiera hecho el empréstito 20 años atrás «tal vez no veríamos como vemos nuestras calles asfaltadas con ese material que se llama grava y que es una vergüenza». Asimismo, subraya su certeza de que «nos cargarán algo los impuestos (…) porque no se puede vivir a la moderna y pagar a la antigua»:

También hay polémica en alguna de las respuestas. El 31 de julio, J. Sales Berenguer da una respuesta llamativa en la que arremete contra «esos seres repugnantes que a manera de pulpos intentan, cuando la ocasión les es propicia, extender sus tentáculos a todo organismo económico y administrativo ahogándolos y no dejándoles medrar si no sacian su apetito».

Esa carta merece, incluso, la respuesta inmediata del alcalde y una excusa del director del periódico, José Castelló y Tárrega, quien se lamenta porque en su opinión, «la firma del señor Sales Berenguer ha debido ser suplantada»… y a él le ha encontrado de vacaciones, lo que a su juicio explica su publicación.

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