A punto de cumplir 19 años, el escultor Juan Bautista Adsuara Ramos protagoniza unas líneas en El Clamor en los últimos días de junio de 1910, con motivo de un importante «triunfo» académico del joven artista castellonense. En las oposiciones celebradas en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, gana el premio extraordinario de la asignatura de Modelado al natural, una medalla en Grabado en hueco y dos accésits en Dibujo del natural e Historia del arte. Como consecuencia, Adsuara es nombrado profesor de Dibujo, un éxito que «constituye un honor para él mismo y para Castellón», por lo que recibe las felicitaciones del periódico.
En 1923, Adsuara logrará el primer premio en la Bienal de Venecia, pero sus éxitos artísticos internacionales irán en paralelo en su carrera con su vinculación a la Real Academia de San Fernando: en diciembre de 1947 es elegido académico de número para la Sección de Pintura (en la vacante del valenciano Mariano Benlliure) y en junio del año siguiente, toma posesión de su plaza. A su muerte en 1973 será sustituido por el pontevedrés Cristino Mallo.

