La mujer del gobernador militar, herida por un pan seco en el Corpus Christi (14.06.1895)

El miércoles 12 de junio de 1895, Heraldo de Castellón lanza un aviso en forma de interrogante a las autoridades, preguntándose si se podría evitar que los «mozalvetes» (sic) que participan en la cabalgata que precede a la procesión del Corpus Christi «no hicieran tanto alarde de su puntería y de su irreligiosidad». Se refiere al periódico a cierta costumbre de lanzar panecillos secos desde dichas carrozas hacia el público de la citada cabalgata.

Dos días después, el periódico se lamenta por haber acertado: «parecía que sabíamos lo que ayer había de ocurrir al aconsejar tan prudente medida, pero como aquí casi todo el empeño de las autoridades se pone en lucir la medalla en las procesiones y en colocar algún que otro pariente en el resguardo de consumos, lo hicimos en vano». La víctima del anunciado incidente es, nada menos, «la distinguida y buenísima señora del respetable y digno general gobernador de la plaza», José Blanco Hernáez, espectadora del desfile desde su balcón en la calle Mayor. La señora es herida «gravemente en la nuca» y «si el proyectil hace blanco en la sién (…) la deja en el sitio, pero así y todo la privó largo rato del sentido».

El diario arremete contra las autoridades municipales «por no haber prohibido ya tamaña mascarada más bien que cabalgata» y contra el autor del lanzamiento del panecillo «disparado por uno de los tantos abortos del Riff que ayer se hicieron arrastrar en la carroza de los panaderos».

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