El alcalde de Castellón, Rafael Gasset Lacasaña, recibe a mediados de mayo de 1915 una notificación sobre un «acto heroico» de un castellonense en Valencia. «Con exposición de su vida», el castellonense Federico Morales Almela, recluta del 11º Regimiento montado de artillería de campaña, salva la vida de un niño «de unos 8 a 10 años de edad, que se hallaba asido de un hierro en el río Turia entre los puentes de Serranos y San José». Según el relato recogido por El Clamor, al pasar el soldado por el pretil del río «escuchó voces pidiendo auxilio y sin titubear un momento arrojóse vestido al agua para salvar al citado niño, el cual estaba ya a punto de ser arrastrado por la corriente». El gobernador militar de Valencia gratificará el acto con nada menos que 100 pesetas para el soldado, cuya madre –Ana Almela– vive en el número 1 de la calle González Chermá (hoy Enmedio), frente al Casino Antiguo.

Además de la recompensa económica, se pone en marcha un procedimiento para conceder al recluta la distinción de la Orden Civil de Beneficencia, según se recoge en la Gaceta de Madrid del 9 de octubre siguiente: