El domingo 12 de mayo, en una cima algo más baja que la del monte Sant Miquel -o Montjoliu- en el Desierto de las Palmas, se celebra el acto de bendición de la segunda Cruz del Bartolo, a cargo del obispo José María Cases Deordal. Dos días después, la crónica de Mediterráneo, firmada por el futuro alcalde de Benicàssim, Francesc Colomer, subraya que el monumento se alza hasta los 24 metros de altura y tiene un peso de 90 toneladas, habiéndose destinado a su erección 10 millones de pesetas.
La nueva Cruz viene a reemplazar a la dinamitada el 17 de agosto de 1936, a los pocos días de iniciarse la Guerra Civil, que había sido bendecida el 26 de octubre de 1902 por el obispo de Tortosa, Pedro Rocamora. Con una altura total de 18 metros -pedestal incluido- el monumento es fruto de una suscripción popular. Sus restos quedan junto a las antenas de telecomunicaciones del Bartolo y la ermita de Sant Miquel.

