«Parece que una nueva conciencia se abre en la mente ciudadana, y esta concienciación lleva a una conclusión tajante: hay que pagar. Lo importante es que de verdad pague el que más tenga». El primer domingo de mayo de 1980, Francisco Pascual escribe en Mediterráneo estas líneas en su sección La semana sin domingo, refiriéndose al segundo ejercicio en que se lleva a cabo la declaración del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF): «enfrentarse a las hojas de la declaración ya es todo un trago».
Cuatro días antes, el miércoles 30 abril, el periódico recoge la estimación de la Delegación del Ministerio de Hacienda: «alrededor de 60.000 declaraciones» sobre el año 1979 iban a ser presentadas, duplicando las 30.276 del ejercicio anterior. En 2024, la cifra de declaraciones presentadas superó las 320.000.


