En abril de 1905, Heraldo de Castellón se hace eco de la bendición de «la magnífica pila bautismal» adquirida «recientemente» para la iglesia de la Purísima Sangre, y realizada en mármol italiano de las canteras italianas de Carrara. El periódico anuncia la celebración del primer bautizo y explica que para solemnizar el acto, «las campanas de la parroquia se echarán al vuelo y el órgano amenizará la tierna ceremonia»

