A apenas tres semanas de convertirse en nuevo ministro de la Guerra en el gobierno radical-cedista presidido por Alejandro Lerroux, José María Gil-Robles es protagonista de una entrevista que se publica en Diario de Castellón el 14 de abril de 1935. El día en que se cumplen cuatro años de la proclamación de la II República Española, el periódico de la Federación Castellonense de Sindicatos Agrícolas, señala que el líder de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) se encuentra en las villas de Benicàssim. Está invitado por Luis Lucia, a su vez mandatario de la Derecha Regional Valenciana (DRV) integrada en la CEDA y que también sería nombrado ministro de Comunicaciones el mismo día -5 de mayo- que Gil-Robles asumiría su propia cartera.
Aunque el periodista no transcribe sus preguntas, destacan algunas respuestas de Gil-Robles, como la siguiente: «nuestro deber es estar siempre preparados, como si mañana fuéramos a empezar. Todo lo tenemos organizado para una actuación decidida y eficaz». En las elecciones de finales de 1933, las primeras con sufragio femenino, la CEDA había sido la fuerza más votada, obteniendo 115 diputados.

