En vísperas de la Navidad de 1873 se constituye la Sociedad de Fomento Agrícola Castellonense, que pronto se conoce popularmente como ‘La Fomento’ y hoy como Facsa. Con esta empresa se establece el suministro de agua a domicilio en la ciudad de Castellón, cerrando una etapa en la que el abastecimiento de agua potable para el consumo procedía de tres fuentes fundamentales: la Acequia Mayor, las cisternas (a las que suministraba el agua el Sequiol) y los pozos públicos. El principal artífice de tal avance es el ingeniero valenciano Antonio Barrachina y Fabra, quien el 1 de marzo del mismo año ha recibido de la Diputación Provincial el permiso para construir un pantano de diez metros de altura en la rambla de la Viuda, en el punto conocido como Tossal del Morral, destinado al riego, el abastecimiento de la ciudad y de la estación del ferrocarril, en funcionamiento desde 1862. Es el primer paso para lo que será conocido en la época como pantano monstruo de María Cristina, que será inaugurado en 1925.

Mucho antes, menos de un mes después de su fallecimiento el 20 de febrero de 1900 y una semana antes de la fiesta de la Magdalena de 1900, el papel de Barrachina, crucial en el desarrollo de la agricultura de regadío en el término de la capital, es reconocido por el Ayuntamiento de Castellón: su apellido es impuesto a una calle en proyecto, «situada frente a la batería del cuartel de San Francisco», según reza la información del Diario de Castellón. Unos meses más tarde, en julio, serán aprobados sus primeros estudios técnicos para la construcción del futuro embalse, que llevará el nombre de la Reina Regente.