Al mediodía del jueves 6 de febrero de 1975 es inaugurada la «flamante sede» provincial de la Cruz Roja, situada en el camino de San José de la capital, en un acto presidido por el gobernador civil José Luis Pérez Tahoces y con la bendición del inmueble a cargo del obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, José María Cases. Entre las autoridades también asiste al evento el presidente de la Diputación, Francisco Albella. Al día siguiente, Mediterráneo recoge en su crónica cómo el presidente de la Asamblea Provincial de la Cruz Roja, José Ramos Vizcarro, ha subrayado en su discurso que la institución apuesta por «colaborar y suplir las necesidades de la sociedad». La construcción de la sede, que tiene 8 pisos de altura, tiene un presupuesto de 25 millones de pesetas.

Según recordará años más tarde Salvador Bellés, «la sede había sido inaugurada en un edificio construido sobre un terreno donado por el benefactor Manuel Matutano Daudén, de conocida familia descendiente de Iglesuela del Cid, tío y padrino de Encarna Barceló Matutano«, esposa del citado Ramos Vizcarro. «Hasta que eso se produjera, la institución había tenido su sede y oficinas en un caserón de la calle Mayor».