La delicada situación económica que atraviesa el CD Castellón a mediados de la temporada 1954-1955 se pone de manifiesto en este suelto de Mediterráneo, en el que se interpela abiertamente a los socios albinegros a realizar «aportaciones» en ayuda del equipo. Desde la Comisión Gestora del club se hacía un llamamiento urgente «ante la escasez de tiempo de que se dispone para la salida del equipo para el partido con el CD Tenerife, día 19 del actual», ante la necesidad de una «recaudación de fondos» que se realizaría en un despacho en el número 69 de la calle Alloza, donde la afición tendría a su disposición «recibos de donativos». El diario también pone su grano de arena en la campaña: «que nadie luego, cuando el Club haya sido salvado, tenga la vergüenza de haberse de confesar que se salvó sin contar con un donativo suyo».

Al día siguiente, miércoles, las cosas no parecen resueltas y se repite la llamada en la página de Deportes del rotativo:

Finalmente, el jueves 20 el periódico da la buena nueva: la crisis se ha salvado gracias al «entusiasmo de la afición y la buena labor de la Gestora», no obstante lo cual «la ayuda y el esfuerzo ha de continuar y aún aumentarse hasta el final de la Liga».

Al final de la temporada, efectivamente, el club albinegro salvará la categoría en el Grupo II de la Segunda División, alcanzando la duodécima posición y eludiendo el descenso reservado a los puestos decimoquinto y decimosexto, respectivamente.