El primer día de enero de 1885, el periódico posibilista La Defensa publica un balance demográfico del año anterior en la capital de la Plana, con un saldo positivo -829 nacimientos y 664 defunciones- que no oculta, sin embargo, el gran peso de la mortalidad infantil. Nada menos que un 48,9% de los fallecidos cuentan menos de 10 años: 156 no alcanzaron su primer año de vida, mientras otros 126 contaba entre 1 y 5, y otros 43 morían entre los 5 y los 10 años. Solo el grupo de mayores de 60 años aportaba más fallecimientos contabilizados, con un total de 161. Castellón cuenta por entonces con unos 25.000 habitantes (25.193 en el censo de 1887), según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)
En cuanto a las causas de las muertes, llama la atención que la mitad de las mismas (336) se atribuyeran a «otras enfermedades», es decir, sin precisar las mismas. Entre las sí identificadas, destacan las enfermedades agudas de los órganos respiratorios (73), la difteria y el croup -inflamación de laringe y tráquea- (69) o las 47 muertes causadas por el cólera infantil.

