A mediados de los años 40 y en plena autarquía, la alta dependencia energética del país respecto de las centrales hidroeléctricas conlleva importantes dificultades para mantener la regularidad del suministro eléctrico. Así, en una portada de Mediterraneo de vísperas de la Navidad de 1944, se recoge como noticia positiva que en Castellón «solo se cortará la luz dos días por semana», «como consecuencia de la ligera mejoría experimentada por los ríos». Los cortes en la corriente, se anuncia, serán «de 9.30 de la mañana a las 5 de la tarde», con medidas especiales para la industria.
Del tono general de la información se deduce que en el momento de su publicación, las restricciones son aún mayores.

