«El completo derribo de la última manzana que interceptaba la avenida» Rey don Jaime «deja contemplar ahora la magnífica perspectiva de esa central vía ciudadana». Así celebraba Mediterráneo, a comienzos de noviembre de 1964, los avances de una de las reformas urbanas más importantes de la época:

14 años antes, el 9 de febrero de 1950, el Ayuntamiento de Castellón aborda en sesión extraordinaria la adquisición de la manzana de casas aislada entre la calle Calvo Sotelo -hoy Ruiz Zorrilla- y la propia plaza. Y dos años después, el 12 de abril de 1952, el consistorio acuerda emprender una nueva fase de la avenida, al decidir la expropiación de la manzana de edificios entre la plaza y la calle Colón, un proceso que no está exento de conflictividad.
No obstante, después de 1964, el crecimiento de la avenida quedará interrumpido en sus dos extremos, frustrando la ambición inicial de sus impulsores.
