El CD Castellón, expulsado de la competición futbolística en 1933 tras unos penosos incidentes con el árbitro Ostalé como protagonista en un encuentro contra el Real Oviedo, vuelve a resurgir tras la Guerra Civil. Mediterraneo informa sobre los primeros pasos de esta nueva etapa y en octubre se pregunta «¿dónde está ese mirlo blanco?», refiriéndose a una pregunta al parecer se repite entre una parte de la afición: «¿por qué no busca el Castellón un delantero centro de empuje». El periódico reprocha a esos aficionados su pretensión: «deberían añadir: he ahí unas pesetas que yo regalo al Castellón para que busque a un conductor de línea y chute y haga goals«.
En opinión del diario, que se interroga sobre la existencia de «un Mecenas» para el propósito planteado, «bastante hace la Junta con ir tirando con el actual equipo».

