Las semanas posteriores a la vuelta a casa de Emilio Fabregat y Ramón Ripollés, los dos castellonenses entre ‘los últimos de Filipinas’ son de homenajes y celebraciones en torno a los héroes que han defendido la última bandera española en Ultramar. Así, Heraldo de Castellón recoge el 6 de octubre de 1899 la doble noticia de una serenata en honor del salsadellense Fabregat -por error nombrado como Montserrat– a cargo de la banda del Regimiento de Otumba, por un lado, y de un peculiar obsequio de la «sección de damas» de la Cruz Roja de Castellón para Fabregat y para el morellano Ripollés, consistente en una «muda de ropa interior». El periódico explica que la presidenta de dicha sección, Elvira de Irulegui, hace llegar el regalo al propio diario vespertino para que lo haga llegar a los soldados:
Cero Cuarenta 