La puesta en marcha de los primeros «Tele-Clubs», a finales de la década de los 60, es anunciada por el franquismo como un signo de modernidad del país, con un doble argumento: visualizar a España como país de vanguardia al ofrecer un servicio gratuito de televisión, por un lado, y por el carácter de puntos de encuentro de estos locales en los municipios, por otra parte. En este contexto, el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, visita la provincia de Castellón el último día de septiembre de 1969 y Mediterráneo lo anuncia de este modo en su portada:
La primera localidad castellonense que pisa el ministro es Viver, donde inaugurará el octavo «Tele-Club» piloto del país, que supone una inversión de 1,5 millones de pesetas, sufragados por el Ministerio, el Ayuntamiento de Viver y la Diputación Provincial de Castellón. Asimismo, visitará posteriormente la Catedral y el Museo Catedralicio de Segorbe, para desplazarse después hasta las Grutas de San José en la Vall d’Uixó. Así recoge la jornada el único periódico castellonense que se publica en ese momento:
Cero Cuarenta 