En 1959, tres años antes de que el conejo Fidel protagonice la campaña publicitaria Cuándo el monte se quema, algo suyo se quema, luego satirizada por Perich, la concienciación ciudadana sobre la problemática de los incendios forestales está en mantillas.
A comienzos de septiembre, Mediterráneo publica esta fotonoticia en la que se da cuenta de una iniciativa «privada» para la instalación de «cartelones» en las carreteras que atraviesan los bosques belgas, recomendando prudencia a los conductores, para evitar que se arrojasen colillas en los márgenes.

