A punto de cumplir su primera década de historia, el Banco de Castellón es comprado en 1929 por el Banco de Valencia, de acuerdo con la información que publica el Diario de la Mañana el último día de agosto. El periódico incluso aporta el detalle del precio de la acción fijado por la entidad castellonense: 645 pesetas.

Unas horas más tarde, el vespertino Heraldo de Castellón asegura que la operación no está cerrada, si bien admite «cambios de impresiones» al respecto.

La entidad impulsada inicialmente por el Círculo Mercantil presumirá, desde su segunda memoria (1921-1922) de su “carácter popular” y de la “gran confianza que la industria y comercio de nuestra región depositan en esta entidad nacida al calor y amparo de sus propios intereses”, haciendo gala de “la situación sólida y próspera de nuestra entidad”.
La sede de la entidad, inaugurada en 1923 en la Puerta del Sol siguiendo un proyecto de Francisco Tomás Traver, seguirá siendo un referente financiero durante las décadas siguientes. Después de acoger las oficinas del Banco de Valencia, será sede en la ciudad sucesivamente de Bancaja, Bankia y Caixabank.
