Solo cuatro años antes de la desaparición definitiva de la popular Panderola (el 1 de septiembre de 1963) son constantes los rumores que apuntan a su cierre. Pero el tranvía que vertebra la Plana desde 1888 se resiste a morir; así, a mediados de 1959, Mediterraneo recoge un desmentido sobre su supuesta supresión: «según parece, el Estado no ha tenido nunca el proyecto» de su desmantelamiento.
Desde el periódico se confía en que «todo esto servirá para que (…) este interés decidido de las autoridades castellonenses haga posible una cierta evolución en nuestro anticuado tranvía, mejorándolo en todo aquello que se pueda». Finalmente, se asegura que a la Panderola «muy difícilmente podría sustituirla ningún otro medio de transporte».
El resto es historia. 15 meses después de su último viaje, en enero de 1965 comenzará el desmontaje de los raíles del popular tranvía.

