Alerta por un intento de expolio en los restos de la Cartuja de Vall de Crist (03.08.1954)

Los restos de la que había sido importante Cartuja de Vall de Crist en Altura, destruida en los años que siguen a la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX, son objeto de atención por parte del corresponsal de Mediterráneo en Segorbe a principios de agosto de 1954. «Con dolor» explica que «seguramente la portada de estilo románico (…) va a ser arrancada de las ruinas de la que fue Real Cartuja». Para prevenir a los lectores de las dimensiones del peligro que, a su juicio, corren los restos, se declara «sorprendido» por las «facilidades» que se estarían dando a quienes supuestamente pretenden llevarse dicha portada, poniendo como ejemplo intentos anteriores a cargo de un canónigo, un obispo –Fray Luis Amigó– y un bibliotecario.

Al año siguiente (1955), la Diputación de Castellón comprará la iglesia de San Martín, por tanto solo una pequeña parte de la Cartuja, aunque el 9 de octubre de ese año, con motivo de una fiesta extraordinaria en el Santuario por la inauguración de un monumento a Fray Bonifacio Ferrer -autor según la tradición de la imagen de la Cueva Santa-, el presidente de la institución provincial, Carlos Fabra Andrés, dirá que está haciendo gestiones «para la adquisición de la totalidad de lo que fue monasterio, con el fin de devolverlo a los padres cartujos o a la orden que estime conveniente el obispo», por entonces Josep Pont i Gol. Así se recoge en el libro Altura 1910-2010: memoria de un siglo, de José Manuel López Blay, cronista oficial de Altura y componente de la Asociación Cartuja de Valldecrist.

En todo caso, el objetivo de Fabra no se cumpliría, y al margen de ello, los historiadores no tienen constancia en la década de los 50 de un «despojo» como el que augura el periódico.

Sin datos que lo confirmen en absoluto, cabe la posibilidad de que la portada a la que se refiere el redactor de la noticia fuese la de la iglesia mayor de la Cartuja, pero -dejémoslo claro- se trata de pura especulación. Lo cierto es que este elemento arquitectónico «es el único que conserva restos escultóricos del monasterio», según explica en una guía de visita el citado López Blay, quien nos cede esta fotografía de comienzos del siglo XX:

En la citada guía de visita, el grupo escultórico (cuyo aspecto deteriorado se mantiene hoy) es recreado por un dibujo de Josep-Marí Gómez, experto en la materia y autor del libro La Cartuja de Vall de Crist y su iglesia mayor. Aproximación a su reconstrucción gráfica. López Blay explica su configuración: «Protegido por el pórtico y excavado en el muro de la iglesia se encontraba el grupo escultórico de argamasa, cuyos restos mutilados aún pueden apreciarse hoy en día. Esculpido, seguramente, en la primera década del siglo XVIII por Nicolás de Bussy o algún miembro de su círculo estilístico, se
trata de una Sacra Conversazione en la que aparecen San Juan Bautista (patrón de la Orden), la Virgen con el Niño y San Bruno (fundador). Bajo el grupo, se conservan los escudos heráldicos de Martín I y de María de Luna y en las ménsulas que soportaban el arranque de las arcos de la bóveda se distinguen dos elementos del tetramorfos (león= San Marcos; ángel = san Mateo)».

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