El veraneo en la llamada Ciudad Jardín, área repartida entre las actuales avenida Villarreal y Gran Vía, reúne en sus masets a numerosas familias del Castellón bienestante a comienzos del siglo XX. De ahí que la mejora de la seguridad y de las comunicaciones del barrio, entonces algo distante del casco urbano principal, sea objeto habitual de preocupación en la prensa. Así, en este recorte de Heraldo de Castellón, el diario reprocha al alcalde José Forcada Peris que no se hubiera «restablecido» el alumbrado municipal en la Gran Vía ni se hubieran arreglado los accesos «por la carretera de Lucena y el llamado tiro de palomo» (es decir, por las actuales calles Doctor Clará y Jacinto Benavente), «que tan evidente peligro ofrecen al tránsito rodado».
De este modo se esboza un «cuadro de abandono» que es completado por lo «intransitable» del camino por culpa de una gran cantidad de tierra acumulada a causa de la escasez de lluvias. «¿Será preciso que insistamos?», concluye el periódico, confiando en el «celo» del Ayuntamiento.


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