«El saludable rigor generalmente empleado» por el profesorado del viejo instituto provincial de Castellón, ubicado en el espacio que hoy ocupa la actual plaza de Santa Clara, experimenta «alguna acentuación» ante los exámenes finales de 1889. Según recoge Diario de Castellón -cuyo subtítulo es Eco imparcial de la opinión y defensor de los intereses provinciales-, el endurecimiento de las pruebas lo confirman «aunque interesadamente» los alumnos.
El periódico se felicita «pues el estudiante que se ve malparado, y casi siempre se pasa esto al desaplicado, se dispone a un cambio favorable de conducta».
Es ocioso decir que el alumnado es abrumadoramente de mayoría masculina. La primera alumna se había matriculado en 1882 y había estudiado en sus aulas hasta 1884.

