Solo unos días antes de las fiestas de la Coronación pontificia y canónica de la Mare de Déu del Lledó, Paco Aznar publica estas «ráfagas» en verso dedicadas a la Patrona de la ciudad. En ellas, además de hablar de lo que se avecina («faroles de mil colores, grandes iluminaciones, majestuosas procesiones, con arcos, coronas, flores, cánticos y aclamaciones»), desliza varias críticas y «un ruego».
Las primeras apuntan a la comisión organizadora de los festejos, cuyo programa no gusta a Aznar. Con indisimulada ironía lo tilda de «lujoso» y a continuación, dice que «no da honor ni fama». El ruego se dirige al alcalde, Francisco Ruiz Cazador, «para que den albayalde los dueños de las fachadas», dado que hay «casas deterioradas».

