Nada menos que Miguel Bellido Ribés, concejal de Cultura del equipo de gobierno del Ayuntamiento presidido por el socialista Antonio J. Tirado, publicaba una carta al director de Mediterráneo a comienzos de abril de 1984, saliendo al paso de una noticia publicada cuatro días antes en el rotativo. En ella, sin firma, junto con la información de un concierto del cantante valenciano Francisco se habían deslizado varias afirmaciones en las que se dudaba de «la tradicional tolerancia» del pueblo de Castellón, que a juicio del autor del artículo había quedado «guardada en un armario y sustituida por intransigencia y fanatismo». El detonante, las protestas de un sector del público que habían impedido al artista interpretar el Himno Regional previsto en su repertorio.
En su carta, Bellido concedía que «relatar un hecho es a veces difícil, pero hacer juicios de intenciones sobre ese mismo hecho, además de difícil, es arriesgado», defendiendo que la tolerancia de los castellonenses se mantenía «en el mismo sitio donde ha estado siempre, señor director: en Castellón, en su pueblo, en su identidad como tal». A continuación, ambas piezas publicadas en el periódico; juzguen ustedes mismos.


