El humor, más concretamente en forma de ironía, es un instrumento empleado habitualmente para la crítica entre los periódicos, tanto locales como nacionales. En marzo de 1914, por ejemplo, una fugaz visita a la capital de la Plana por parte del diputado provincial Juan Aragonés era la excusa idónea para uno de estos rifirrafes de papel. Heraldo de Castellón daba cuenta de la visita en estos términos de rutina…
… y La Provincia le respondía con una dosis de veneno, mofándose de la reseña, sugiriendo que en su visita a la ciudad, el político apenas había tenido tiempo para acudir al limpiabotas de la plaza de Castelar (actual Puerta del Sol) antes de viajar a Madrid:


