Heraldo de Castellón explicaba a sus lectores a comienzos de 1924 cómo adelantaban «rápidamente» las obras de la reforma de la fachada, pórtico y zaguán del Ayuntamiento o Casa Capitular de la ciudad. Sobre la puerta se había colocado un «gran escudo de Castellón» y a continuación se iba a proceder a «chapar imitando a mármol del país la zocalada del zaguán». El pórtico se pintaría, «descubriendo la piedra de los arcos que ahora está pintada de blanco». El objetivo del señor Guaita, terminar los trabajos antes de que finalizase el mes de febrero.


