
Tal día como hoy de 1879, La Alborada recurría al sarcasmo contra «la membrana pituitaria de don Catalino» (Alegre Renau), alcalde de la ciudad y para más señas, catedrático de Ciencias Naturales del instituto de Castellón, por entonces situado en la actual plaza Santa Clara. El periódico decía que el «meadero» ubicado junto al instituto estaba «nadando en un inmenso mar de orina» y temía porque pudiera adquirir «alguna infección urinaria». Al redactor del suelto le parecía «increíble» que los «perfumes» que se desprendían del lugar pasaran inadvertidos para Alegre, pese a pasar «muy cerquita» varias horas al día «esplicando (sic) nociones de fisiología e higiene».
