
El confinamiento por el impacto del virus Covid-19 ha multiplicado la actividad en la gran mayoría de los hogares españoles. De lugares de paso para comer, dormir y descansar, en muchos casos se convirtieron de un día para otro en centros de trabajo, improvisadas bibliotecas, salas de estudio y gimnasios. Sin embargo, pocos usos tan peculiares como el que dio a su casa, al poco de comenzar la reclusión domiciliaria, Carla Carratalá Ros (Castelló, 1992). Después de estudiar su carrera en la Universitat Jaume I y de iniciar su tarea profesional como investigadora en el propio campus del Riu Sec, nunca pudo imaginar que habría de doctorarse en Psicología sin salir de casa. Y sin embargo, así sucedió el pasado miércoles 25 de marzo.
Noticia publicada el 10 de mayo de 2020 en Castellón Plaza: disponible en línea y en PDF.
